El Elogio De La Luz

 El episodio de Elogio de la Luz nos hace pensar en cómo un arquitecto como Rafael Moneo une historia, contexto y modernidad, a través de dos joyas: el Museo de Arte Romano de Mérida y el Kursaal de San Sebastián. El museo de Mérida es puro diálogo con el pasado —Moneo lo respeta e interpreta, haciendo que la memoria romana cobre vida sin copiarla. En cambio, el Kursaal es una explosión contemporánea que abraza el paisaje marítimo con formas abstractas y llenas de luz.

Aunque parecen de mundos distintos, ambas revelan la misma sensibilidad de Moneo: iluminar el espíritu de cada lugar con inteligencia y corazón.

La primera idea brilla en Mérida, donde reinterpretó el legado romano con respeto, fusionando materiales y escalas para evocar esa época sin caer en imitaciones baratas. Usa ladrillo, ritmos que hipnotizan y arcos enormes que envuelven todo en una solemnidad casi sagrada. En el documental, ves cómo juega con la luz y los vacíos para conectar pasado y presente, dejando que las piezas arqueológicas "respiren" en un espacio vivo. Es su forma de bucear en la historia y traerla al hoy.

El Kursaal plantea otro desafío: crear algo moderno que dialogue con el litoral atlántico, su luz cambiante y la energía de la ciudad. Lo logra con esos volúmenes prismáticos —"dos rocas varadas"— de superficies translúcidas que capturan la luz del mar. El episodio resalta cómo Moneo no solo pone un edificio ahí, sino que lo inserta vivo, dejando que la luminosidad marina lo transforme hora a hora. Así expresa modernidad sin perder el pulso del entorno.

Al final, estas obras tan opuestas comparten el alma de Moneo: entender un lugar a fondo y responderle con arquitectura que cala hondo. Mérida ilumina la historia; el Kursaal, el paisaje vivo. Elogio de la Luz nos pinta a Moneo como 

Comments

Popular posts from this blog

Sistema Espacial y Sistema Material

Estilo y Ornamento

Haciendo camino hacia adelante con las huellas del ayer