Equilibrio entre Espacio y Materia
Estos temas me resultan realmente fascinantes y creo que tienen un papel fundamental a la hora de estudiar arquitectura. Son ideas que, estoy convencido, seguirán siendo discutidas con el tiempo y nunca perderán su relevancia. Después de darle muchas vueltas a estos conceptos, finalmente he llegado a una conclusión clara que hoy quiero compartir: aprovechar lo que ya está ahí y mantener el respeto por el equilibrio con la naturaleza.
Me parece curioso haber retomado tantas veces pensamientos similares. No es la primera ocasión que hablo de esto, pero ahora quiero profundizar más para explicar por qué considero que son tan esenciales en la arquitectura. Empecemos por hablar del respeto al equilibrio con la naturaleza, porque a veces se nos olvida que el espacio donde diseñamos no es nuestra propiedad absoluta.
No pretendo sonar radical ni imponer un punto de vista, pero sí creo que debemos aceptar que existe un orden natural en el mundo. Así como hay leyes humanas que seguimos, también deberíamos respetar las leyes de la naturaleza. En muchos lugares, la naturaleza debe ser el centro de atención, y aún así, hemos permitido que ese respeto se pierda. Frecuentemente tratamos de eliminar a todo costo aquello que consideramos un obstáculo para la construcción, cuando podríamos pensar diferente; como hizo Peter Zumthor en sus Baños Termales de Vals, quienes no destruyó el entorno, sino que se dejó envolver por él para crear. Eso es equilibrio: no es cuestión de imitar artificialmente a la naturaleza, sino de integrarse con ella sin dañarla.
En cuanto a aprovechar lo que ya existe, la obra de Zumthor es un gran ejemplo de cómo hacerlo bien. Se trata de sacar el máximo provecho de la luz natural, las rocas, el agua, el terreno y su organización. Saber cuándo, dónde y cómo utilizar esos recursos que la naturaleza nos brinda sin ignorarlos ni depender solo de nuestras propias creaciones.
Por eso no podemos perder de vista que hay algo mucho más grande y poderoso que nosotros: la naturaleza, la verdadera arquitecta original con sus paisajes, montañas, relieves y formas únicas. Deberíamos dejar que sea nuestra mayor fuente de inspiración.
Para terminar, quiero invitarte a reflexionar sobre esto: la naturaleza fue la primera arquitecta y eso nadie puede negarlo. Por eso respetarla y aprovechar lo que ofrece debe ser una prioridad, porque es de donde obtenemos el espacio y los materiales para construir. Pueden parecer ideas radicales, pero tienen un sentido profundo y necesario.
Ahora es nuestra responsabilidad decidir si las seguimos o no. No podemos seguir destruyendo espacios que cada vez son más escasos; debemos aprender a aprovechar lo que tenemos y hacerlo con respeto y conciencia.
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